Antonio Burgos se parte literalmente la
caja con los peinados que se gastan las
‘amigas' de las CUP y las compara con el
que usan las ‘miembras' de Bildu
Entrevista
Recuerda que:
Montiel, con todo cariño, como el que yo le tengo, llama «El Flequi de la Isla» a Pepe Oneto. ¡Bingo en la denominación de origen! Desde que se retiró El Cordobés y, con la coleta, se cortó también el apéndice capilar que le caía sobre la frente, no ha habido en España flequillo más famoso que el de Pepe Oneto. Cumple las mismas funciones que la histórica ensaimada capilar de Anasagasti. Pero lo siento mucho, Pepe: ya eres el príncipe destronado del Flequillo de España. ¿Tú has visto el uniformado flequillo de las tías que han mandado a por tabaco a Arturo Mas, a las dirigentes de la CUP separatista catalana? ¡Esos sí que son flequillos, y que se quiten El Cordobés y Oneto! Al igual que a las pelorratas proetarras de Bildu les dicen genéricamente «Las Nekanes», estoy por sacar de pila como «Las Flequis» a estas horrorosas nekanes de la CUP, que aunque ronean de separatistas han prestado a España el impagable servicio de mandar a Mas a tomar por saco y de parar de momento «el procés», que es como le dicen ahora a lo que antes era soberanismo, luego derecho a decidir y más tarde autodeterminación de los encubridores del 3 por ciento y de Los Siete Niños de Pujol, su puñetero padre y esa madre que parece talmente la Seisdedos, sólo que sin ladrillo dentro del bolso para endiñarle al que va vestido de arlequín.
Concluye que:
Y yo me pregunto, Montiel, Oneto, queridos e ilustres hijos de la Real Isla de León: ¿por qué las tiorras separatistas, ora vascongadas, ora catalanas, ora de Bildu, ora de CUP, han de ser tan feas? ¿Por qué van todas a peluqueros centralistas y españolistas, que se vengan de sus ideas separatistas haciéndoles esos peinados mortales de necesidad, de pelorratas a las Nekanes, con flequillos cortados con tiralíneas o con minipímer, como de Colón en su estatua de las Ramblas, a Las Flequis de la CUP? Yo, que soy monárquico por razones estéticas, por las mismas razones me repugna el separatismo, amor a la Patria aparte. ¿Por qué tiene que pedir la separación de Cataluña un tío tan feo como Junqueras? ¿Por qué los de ERC tienen que usar esas camisas negras mussolinianas, que las ves por la tele y te tira para atrás su olor a sudorina, del tiempo que hace que no se la cambian? Y cuando hay uno que va de guapito de cara, como de anuncio de loción para después del afeitado, cual Arturo Mas, vienen Las Flequis y lo mandan a la mismísima Venta del Nabo. A su lado, Las Supremas de Móstoles son Miss España. A su lado, las tres fulimandús de can-can de Toulouse-Lautrec o de «saloon» del Far West que han hecho de magas republicanas en Valencia, son Miss Universo y Miss Mundo en una sola pieza. En tiempos del cardenal Segura se decía que las había «feas, feísimas y de Acción Católica». Ahora las hay «feas, feísimas, nekanes pelorratas y Flequis de la CUP». No es que quieran separarse de España: es que quieren que las echemos. Por horrorosas y antiestéticas.
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